21.7.10

Siempre tuve la duda de por qué tuve que heredar lo peor de mis padres. Digo, teniendo tantas cosas buenas ambos, justo me tocaron los genes más feítos.
Empezando por lo físico, la nariz prominente, característica de mi familia materna, me tocó justo a mí. Sí, sí... si buscan el grupo en facebook, todos los del apellido se jactan de poseer dicho atributo (jactarse es un decir, claramente).
Uf, y la morfología del resto de mi cuerpo, totalmente contraria a cualquier tipo de standard de la sociedad (es lo mismo que decir nadadora: nada de pecho, nada de espalda, y si le queremos agregar otra: nada de cintura...)
Si nos trasladamos al lado de lo psicológico, la ansiedad, la somatización y todos aquellos otros defectos relacionados, esos vienen de mi querido papi.

Ah, ¿que de dónde saqué la habilidad para quejarme constantemente de las cosas?... ¡a esa la heredé de ambos!