19.12.10

Hubo una época de oro en la que me planchaba el pelo muy seguido y no se me quemaba, en que comía un paquete de Traviatas con dulce de leche por tarde y no engordaba, y en que creía que esas cosas me iban a durar por siempre. Unos cuatro años después, me doy cuenta que envejecí -sí, envejecí- y que no sólo que comer eso me engorda mucho, sino que comer cualquier otra cosa también... y que plancharme el pelo cada taaanto, me lo quema como si lo hiciera todos los días.
Pensaba que esas cosas a mí no me iban a pasar... pero me equivoqué terriblemente.

7.12.10

La única razón por la que como una tonelada de tutucas con sabor a nada es para encontrar la que tiene ese sabor dulce tan pero tan riquísimo (así haya, probablemente, una cada veinte).